Las fuentes utilizadas deben trabajar con escalas que faciliten una suficiente diferenciación entre los datos/casos. Como requisito, al menos, se exige que las escalas cuenten con cuatro puntos descriptores de diferentes niveles percibidos de corrupción en las naciones incluidas en la muestra. El trabajar a partir de escalas de este tipo permite que, a posteriori, los datos puedan ser re-escalados según el baremo de trabajo de IPC. Éste cubre los valores comprendidos entre 0 y 100.