El análisis efectuado por estas organizaciones debe relacionarse, como condición sine qua non, con la percepción del nivel de corrupción que él o los encuestados tienen en relación al sector público (o gubernamental). El target de estos estudios es interrogado sobre acciones concretas que refieren, fundamentalmente aunque no exclusivamente, a corrupción a pequeña escala (por ejemplo, el pago de sobornos). En ocasiones, también se interroga sobre la eficacia percibida de las estrategias anti-corrupción porque se entiende que la misma funge como indicador del nivel percibido de corrupción en el país. Desde el punto de vista teórico, la utilización de este último indicador presenta problemas debido a que no en todos los individuos una percepción negativa (o positiva) de la eficacia de la prevención de la corrupción vendrá de la mano de una percepción negativa (o positiva) de los niveles de corrupción existentes.